MIGRACIÓN: EL LADO OSCURO
- Daniel Roy
- 29 jul 2019
- 4 Min. de lectura
La migración en México está ligada a un conjunto de distintos fenómenos, entre ellos, los problemas económicos, la pobreza, el incremento de las desigualdades y la lucha por lograr un mejor nivel de vida. La meta de una realidad próspera en Estados Unidos no siempre se consigue tras cruzar la frontera internacional. La migración mexicana hacia Estados Unidos está compuesta por personas con una gran diversidad de lugares de origen y condiciones socio-económicas. Sus características van más allá de las que comúnmente se les puede referir, como la de una migración exclusivamente por personas provenientes de pequeñas poblaciones rurales de México.
La migración dentro de territorio nacional es la historia del ejercicio del derecho individual de las personas en torno a la búsqueda de oportunidades en otro país, principalmente, Estados Unidos; sin embargo, al mismo tiempo, es una larga cadena de abusos y violaciones a los derechos humanos. Antes de la Independencia de México, Centroamérica formaba parte del territorio de la Nueva España y no estaban establecidas fronteras. En la actualidad, la migración a Estados Unidos se ha extendido tanto en geografía (zona, territorio) como en demografía (tasa de la población). La región conocida como “histórica” para los estudios sobre migración, formada por los estados como Zacatecas, Jalisco y Durango donde se generaron una parte importante de primeras redes de migración laboral, continúa siendo la principal región de origen de estas personas. Actualmente esta región abarca solamente 47% de todo el flujo migratorio.Después de la Independencia, surgió la idea de países centroamericanos de anexarse al Primer Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide. Guatemala proclamó la anexión de Centroamérica a México, sin embargo, Honduras, Nicaragua y Costa Rica buscaban mantenerse separados. Con la Independencia y durante el proceso en que México empezó a conformarse como un país, comenzaron los procesos para ofrecer a los extranjeros, la posibilidad de establecerse en territorio nacional. Al mismo tiempo, las fronteras comenzaron a establecerse.
El 18 de agosto de 1824, México emitió un decreto en el que se otorgó seguridad jurídica e integridad física a los extranjeros en su persona y propiedades, siempre y cuando se sujetasen a las leyes del país. Después de que México se estableció como un país independiente de España, la inmigración provino esencialmente de Europa, especialmente de España, pero también de Francia, Italia, Irlanda, Inglaterra y Alemania. La migración en ese tiempo era autorizada por las autoridades y no había mayores requisitos para ingresar. Fue el presidente Antonio López de Santa Anna, quien permitió que los territorios del norte del país fueran ocupados por familias estadounidenses de origen anglosajón e irlandés.
Las familias cruzaron el río Arkansas y se establecieron en el Valle del Pecos y San Antonio de Béjar en Texas. La migración a los Estados Unidos inicia en los antiguos territorios de México y Centroamérica entre 1836 y 1853. Parte del comienzo de la migración se explica por la necesidad de mano de obra para construir el ferrocarril en el oeste americano. Las líneas férreas necesitaban mano de obra y, por ello, se contrató a diferentes habitantes, tanto de México como de Centroamérica.
Los cambios en los flujos migratorios dependen en gran medida a los cambios demográficos que ha experimentado la población mexicana. Por ejemplo, la concentración de la población en áreas urbanas se refleja en que más migrantes provienen de localidades urbanas en comparación a las rurales.
Con respecto a indicadores socioeconómicos, tomando como referencia los grados de marginación empleados por CONAPO, tenemos que la mayoría de los flujos migratorios provienen de localidades con niveles de marginación bajos o muy bajos. Esto no debe de sorprendernos ya que los flujos migratorios internacionales que se realizan de manera voluntaria están por lo general asociados a poblaciones con niveles medios de desarrollo socioeconómico.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, de los 460,000 migrantes que han ingresado a México un total de 71,110 han sido devueltos a su país de origen, lo que según estimaciones significa que al menos 360,000 indocumentados permanecen en territorio mexicano o estadounidense.
En lo que va de 2019, el flujo de personas migrantes incrementó en 232%con respecto a lo registrado en todo el 2018, pues en los primeros seis meses del año se contabilizaron 460,000, que superan a los 138,612 migrantes indocumentados que pasaron por territorio mexicano en 2018. Se trata de la cifra más alta jamás registrada en la historia del país en ese periodo de tiempo.
De acuerdo con cifras dadas a conocer por el Instituto Nacional de Migración, de los 460,000 migrantes que han ingresado a México, se presentaron ante esa instancia 99,203 y han sido devueltos a su país de origen 71,110. Eso significa que al menos 360,000 indocumentados se encuentran aún en territorio mexicano o estadounidense.
En 2017, el número de personas presentadas por tener una situación irregular apenas fue de 93,846. Un año después, la Secretaría de Gobernación, a través del Instituto Nacional de Migración, registró 138,612 personas no documentadas, de las cuales 112,367 tuvieron una deportación o un retorno asistido a sus países de origen
Además, otros datos del Instituto Nacional de Migración señalan que el número de extranjeros presentados se triplicó en los últimos seis meses, lo mismo que en el caso de las devoluciones a sus países de origen.
En enero se presentó a 8,248 migrantes en situación irregular; en febrero 10,039; en marzo 12,756; en abril la cifra se disparó a los 20,564; en mayo 23,679 y durante junio, hasta este pasado 24, se presentó a 23,917 migrantes.
El incremento de estas cifras en el último mes coincide con la orden que dio el gobierno mexicano sobre desplegar en la frontera sur de 6,500 elementos de la llamada Guardia Nacional junto con Policía Federal y militares, y el anuncio posterior sobre la entrada en operación de 15,000 elementos en la frontera norte.
La medida fue ajustada a inicios de junio por el canciller mexicano Marcelo Ebrard, quien señaló que se trata de una de las acciones con las que el gobierno planea cumplir con las exigencias fijadas por el presidente Donald Trump para reducir el flujo migratorio en un plazo de 45 días y así evitar tarifas arancelarias del 5% a todos los productos mexicanos.
Las autoridades han señalado que el objetivo del despliegue de militares y policías es registrar a todos los migrantes, ofrecerles las distintas opciones de regularización que tienen y devolver a su país al que no quiera hacerlo.
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